Anatomía Gatuna

Anatomía Gatuna


Visión de los gatos en la oscuridad

Los gatos tienen una excelente vista, incluso con muy poca luz. La razón de ello es la presencia del tapetum lucidum, una capa de células reflectantes situadas detrás de la retina. Estas células reflejan los rayos de luz que no han sido capturados en la primera pasada, concediendo así a los conos y a los bastoncillos retinianos una segunda oportunidad. Éstos también son los responsables de que los ojos de los gatos brillen en la oscuridad, ya que cualquier pequeña luz que reciban se refleja por la retina.
El tapetum lucidum aumenta en un 40% la eficiencia de la visión del gato. Además, la pupila puede dilatarse hasta tal punto que de noche la vista del felino es cinco veces mayor que la del hombre. Ésta solo puede compararse a la de los animales nocturnos. Aunque ésta capacidad hace que pierdan nitidez de visión.
Como decíamos su vista nocturna puede compararse a la de los animales nocturnos. Los gatos también son capaces de desplazarse de noche aunque casi no haya luz, gracias también al efecto de sus bigotes. Éstos le sirven de radar nocturno, notando las perturbaciones que causan los objetos y situándolos en el espacio.

Bigotes de los gatos

La función principal de sus bigotes es trasmitir todo tipo de información al cerebro del gato. Éstos son muy sensibles y detectan cualquier tipo de corriente de aire, hasta las más débiles. De esta forma, cualquier objeto que forme una barrera pueden detectarlo y saben que tiene que sortearlo. Gracias a los bigotes pueden evitar incluso rozarlo. Igualmente también detectan la dirección del viento, algo muy útil para detectar el olor de la comida o de una gata en celo en el caso de los machos.
Los bigotes también son útiles antes de un gran salto. Con ellos miden la velocidad del viento. Cuanto mayor sea el viento, menos fuerte el gato saltará. Finalmente, en un paso estrecho, el gato sabe gracias a sus bigotes si cabe o no por él.




Equilibrio de los gatos
Bigotes, cola y garras son las principales partes del cuerpo responsables de que este animal posea ese equilibrio y esa seguridad en sus movimientos.
Los gatos son animales aventureros a los que les gusta mucho los lugares altos y que normalmente consideraríamos peligrosos. Por su fisionomía y agilidad están preparados para disfrutar de estos lugares. Para entender más sobre su destreza y equilibrio hablaremos de ello a continuación.
Como decíamos al inicio la cola del gato es una de las partes fundamentales para su equilibrio ya que le sirve como elemento estabilizador en sus saltos y movimientos.
Los bigotes se usan para identificar el entorno. Digamos que son su antena para descubrir el ambiente. Otra parte muy importante de su fisionomía son sus garras o uñas. Es con ellas que el gato completa esa firmeza en esos espacios tan “delicados” a ojos humanos.
De todas maneras todas las partes del animal están diseñadas para ser ágiles, fuertes y rápidas. Es por ello también que los gatos pueden realizar espectaculares saltos, sostenerse y mantener el equilibrio en lugares que parecerían impensables, y trepar de forma sencilla y segura.
Para mantener el equilibrio el gato coordina perfectamente los movimientos de sus músculos a las respuestas de su cerebro, adaptándose al ambiente y a la situación que se encuentre.
Cuando camina por lugares altos y angostos usa su cola para lograr dar equilibrio a sus movimientos y no perder lo. Igualmente sus garras entran en acción, aferrándose de manera superficial a la zona donde se encuentra. En caso de necesitarlo se agarra con fuerza a la superficie hasta recobrar su posición.
Normalmente se les ve caminar tranquilos y relajados, pero también corren y saltan por lugares muy peligrosos.
En cuanto a sus demostraciones de equilibrio en los saltos los gatos pueden realizar brincos y también giros para lograr su hazaña. Esto es gracias a sus músculos, perfectamente adecuados para ello. Sus patas traseras les permiten impulsarse con fuerza, mientras que su espina flexible le ayuda a lograrlo.
Igual no lo sabes, pero los gatos antes de realizar cualquier maniobra calculan y  piensan la forma del salto y  las distancias.
Para trepar lo que hace el gato es usar la fuerza de sus músculos, la ligereza común de su cuerpo y la resistencia de sus garras para conseguirlo. Hasta en el momento de un accidente o caída repentina el gato demuestra su habilidad de equilibrio ubicando su cuerpo en forma vertical para caer sufriendo el menor daño posible. 


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